Carta 2 de diciembre 2014

En una noche, suelto al viento lagrimas en flor,  mis lentos y borrachos ojos, le cantan a tu jardín. Que danza muerto de miedo, por rosar la eternidad, palpitante.
Los dientes del nahual acarician tu sien morena,  en el camino de la luna rota. Desde la loma resuenan los golpes bemoles de la desolación de la noche. Te levantas como una joya llena de luz, en medio de los riscos.
Te deseo alargando cada vocal y deteniéndome en casa consonante, consciente del misterio de la noche que baña tu piel morena.

Alargo mi mano y acaricio tu sombra pletórica de sueño, que me dice estoy muerta de sueño


Saludos cordiales,
Roberto Gamero

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