Reflejos V

Ahora veo el corazón delimitado por el azabache, entre cantos pintados en guinda, canciones huecas de formas simples que retomas cuando caminas entre relaciones casi públicas, casi privadas. Te acercas me sonríes, me tomas de la mano y a cristales multicolor les das forma, azotas las palabras, azotas las ideas mientras quitas la mano, recoges los pedazos y en mis manos les dejas. Te alejas mientras que al aire sueltas palabras de entre las que se distingue no te azotes, corres y te vas.

Regresas y al oído me dices que hablo muy rápido, rematas diciendo que no te busque, alguien ha entrado en tu vida, desapareces como habías vuelto, te detienes a medio camino y regresas para darme una oportunidad, azotas los reflejos, me azoto por ti y al fin te vas para no volver.

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